Socializacion de los cachorros: los niños
Ya hemos hablado aquí de la importancia de las mascotas para los niños. Son una fuente de juego, un compañero fiel y un amigo con el que forjan lazos de amistad más fuertes incluso que con otros miembros de la familia. Sin embargo, cuando adquirimos un cachorro para la familia, tenemos que tener claro que los niños también tienen que participar de su educación en la medida de lo posible. Ni que decir tiene que será una tarea ardua y enriquecedora, pues los niños lo primero que buscan con su compañero canino es jugar.
Si los niños son suficientemente mayores como para entender normas, será vital sentarse con ellos y establecer unas mínimas pautas de conducta para con el cachorro. Sobre todo, que se le puede permitir y que no, cuando comer, cuando jugar, donde dormir, tipos de juegos… Si logramos inmiscuir a los niños en la educación del cachorro, será un punto distintivo en su educación y crecimiento.
Como normas generales para toda la familia y en especial para los críos, se pueden sugerir los siguientes aspectos a la hora de críar a nuestro cachorro:
- No chillar al animal e intentar dirigirse a él con un tono de voz suave, como si fuese un bebe. Recuerda que si nuestro cachorro tiene ocho semanas o menos, tendremos que limitar estos estímulos para conseguir que las nuevas experiencias sean agradables.
- Enseñar a los niños a respetar la hora de la comida y los momentos de descanso, esto hará que nuestro perro fije rutinas saludables que moldearán un caracter más sociable y receptivo.
- No obligar al animal a permanecer a nuestro lado, es mejor darle libertad de movimientos y que sea él quien decide acercarse a jugar.
- No provocar al perro para que ladre o salte cuando no le devolvamos su juguete preferido, esto puede fijar una costumbre negativa en el cánido.
- Siempre debe haber un adulto presente entre un perro y un niño para supervisar y redirigir el juego hacia conductas correctas. Los cachorros, cuando juegan unos con otros, adoptan pautas que les permiten reconocer la intensidad y la agresividad del juego y cuando parar. Del mismo modo, hay que aprender a jugar con el perro sin reforzar estados de nerviosismo o excitación en él, si se acostumbra a esos estados mientras juega, puede tender a un comportamiento incontrolable, irascible y hasta agresivo.
En post anteriores hemos hablado sobre las etapas de crecimiento del cachorro. Si tienes dudas sobre cuando exponer al cachorro a según qué situaciones, acude a tu veterinario de confianza para recibir asesoramiento. Por norma general, a partir de las diez semanas de edad el perro tiende a estar preparado para explorar con más curiosidad, ese es el mejor momento para exponerle al mayor número de estímulos posibles sin obligar al animal a enfrentarlos. Esto procurará al animal una mayor capacidad para gestionar sus emociones y evitará la posible aparición de fobias.
Por último, si os gusta disfrutar de la lectura con los pequeños de la casa, os recomendamos:
- Niños, niñas y perros, de Kendal Shepeherd.
- Turid, el hada de los perros, de Margarita Truyols Fluxa.
- ¡Muy bien!, de Evelyn Pang y Hillary Louie.
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